Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

El reciente naufragio en San Diego destaca el creciente uso del mar como ruta para migrantes indocumentados intentando entrar a Estados Unidos, una tendencia que ha cobrado múltiples vidas.

La frontera marítima entre Tijuana y San Diego, conocida por ser un cruce de migración irregular, está presenciando un aumento en el número de intentos de cruce por mar. Este cambio se atribuye al endurecimiento de las políticas fronterizas terrestres implementadas durante la administración de Donald Trump, lo que ha empujado a los migrantes y a los traficantes, conocidos como coyotes, a optar por rutas más arriesgadas y menos vigiladas.

Los guardacostas estadounidenses están interceptando a un mayor número de migrantes en el mar, quienes ahora provienen de una diversidad más amplia de países. "Antes predominaban los mexicanos, pero ahora estamos viendo a personas de China, Rusia, Uzbekistán, Vietnam y más países centroamericanos", señaló un portavoz de la Guardia Costera de EE.UU. Este cambio refleja las complejas redes de tráfico humano que operan a nivel global.

El método de cruce ha evolucionado significativamente. Inicialmente, los migrantes utilizaban jet skis y pequeñas embarcaciones. Sin embargo, recientemente, ha habido un incremento en el uso de pangas y embarcaciones de recreo que pueden transportar a más personas. Este cambio en la modalidad de transporte aumenta el riesgo de incidentes trágicos, como el naufragio ocurrido recientemente en San Diego, que resultó en la pérdida de vidas.

El capitán Jason Hagen, del Distrito 11 de la Guardia Costera de Estados Unidos, explicó que la adaptación en las técnicas de los contrabandistas y la diversificación en el origen de los migrantes son desafíos emergentes para las autoridades. Estos cambios no solo representan un riesgo mayor para la seguridad de los migrantes, sino que también plantean nuevos retos para las operaciones de vigilancia y rescate en la región. La situación actual podría requerir una revisión de las estrategias de seguridad marítima y una cooperación internacional más efectiva para gestionar la migración irregular de manera segura y humana.