Por: Administrador

Angelo Becciu, cardenal italiano acusado de malversación, opta por no asistir al cónclave para la elección papal, buscando la serenidad del proceso.

El cardenal Angelo Becciu, una vez considerado cercano al Papa Francisco y posible candidato a sucederlo, ha renunciado a su derecho de participar en el próximo cónclave que se celebrará el 7 de mayo. Esta decisión llega tras un periodo tumultuoso marcado por acusaciones de malversación relacionadas con una inversión inmobiliaria en Londres, que significativamente mermaron su influencia y posición dentro del Vaticano.

Becciu, de 76 años, fue despojado de sus privilegios y responsabilidades cardenalicias por el Papa Francisco, pero mantenía su título, lo que le permitía teóricamente participar en el cónclave. "Teniendo en el corazón el bien de la Iglesia, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y a la serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre lo he hecho", expresó Becciu a través de un comunicado enviado por su abogado.

El escándalo que rodea a Becciu se centra en una operación inmobiliaria opaca en Londres, que finalmente lo llevó a enfrentar la justicia. A pesar de su renuncia al cónclave, Becciu insiste en su inocencia y en su deber de participar en la elección del próximo pontífice, subrayando su compromiso continuo con la Iglesia.

La decisión de Becciu de no participar en el cónclave podría interpretarse como un esfuerzo por preservar la integridad y la unidad de la Iglesia en un momento crítico. Este gesto, aunque controvertido, es indicativo de las complejidades internas del Vaticano y podría tener repercusiones significativas en la percepción pública de la transparencia y la moralidad dentro de la institución. La renuncia también plantea interrogantes sobre el futuro de otros líderes eclesiásticos en situaciones similares y sobre cómo la Iglesia maneja las acusaciones internas de corrupción.