Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Un estudio revela que los colibríes de Anna han desarrollado picos más largos y puntiagudos en solo dos décadas, adaptándose a los comederos artificiales y climas fríos.

Desde la década de 1930 hasta 1950, los colibríes de Anna en California experimentaron una notable transformación en la morfología de sus picos. Este cambio, documentado en un estudio publicado en 2024 en la revista Global Change Biology, se atribuye a la proliferación de comederos artificiales en los jardines y a la adaptación a nuevas condiciones climáticas. Los investigadores utilizaron especímenes de museo y datos históricos para analizar cómo la intervención humana ha influido en estas aves.

El estudio fue liderado por Alejandro Rico-Guevara, biólogo evolutivo de la Universidad de Washington, y Nicolas Alexandre, genetista de Colossal Biosciences. Rico-Guevara explicó que los colibríes han adaptado sus picos para funcionar como "cucharas grandes" que les permiten alimentarse mejor en los comederos. Alexandre, por su parte, destacó la similitud entre los colibríes y las palomas, refiriéndose a ambos como especies que evolucionan en paralelo a la expansión humana.

La investigación destacó que en las zonas con una mayor cantidad de comederos, los picos de los colibríes se han alargado más significativamente. Además, en los climas más fríos, los picos tienden a ser más cortos, una adaptación que probablemente ayuda a las aves a conservar calor. Este fenómeno se observó principalmente en los machos, quienes desarrollaron picos más puntiagudos, posiblemente como una estrategia para competir y defender su territorio en los comederos.

Este caso subraya cómo la intervención humana puede acelerar la evolución de las especies en períodos muy cortos. La instalación de comederos y la introducción de especies vegetales como el eucalipto han modificado no solo el comportamiento de los colibríes de Anna, sino también su anatomía, demostrando una capacidad de adaptación rápida y significativa. Este estudio no solo arroja luz sobre la adaptabilidad de los colibríes, sino que también ofrece una perspectiva crucial sobre las consecuencias de nuestras acciones en el ecosistema.