Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Hoy, el Atlético Huila conmemora 35 años de pasión y orgullo. La celebración en Neiva se mezcla con la incertidumbre ante una posible mudanza que amenaza su legado y la profunda conexión con la región.

Este 29 de noviembre de 2025, el Atlético Huila celebra su trigésimo quinto aniversario, marcando tres décadas y media desde su fundación en Neiva. Creado en 1990 como la esperanza de darle al Huila un representante en el fútbol profesional, el club ha vivido una historia de ascensos memorables, subcampeonatos nacionales en 2007 y 2009, y un hito continental con la Copa Libertadores Femenina de 2018. Sin embargo, esta efeméride llega en un momento complejo, teñido por la inestabilidad institucional y una preocupante infraestructura de su estadio.

Para innumerables huilenses, el club ha sido un símbolo inquebrantable de identidad, representando sueños y la pasión por el deporte en una región ávida de protagonismo. A lo largo de los años, ha actuado como un valioso semillero de talento regional, forjando una base de hinchas leales y orgullosos de sus colores amarillo y verde. Las históricas campañas de 2007 y 2009, junto con la gesta continental del equipo femenino en 2018, permanecen grabadas como momentos de gloria insuperables en la memoria colectiva.

La sombra más densa sobre este aniversario es el estado calamitoso del Estadio Guillermo Plazas Alcid, su hogar tradicional desde 1980. Un proyecto de remodelación iniciado en 2015 se detuvo abruptamente en agosto de 2016, tras el desplome de una placa de concreto que causó la muerte de trabajadores y varios heridos. Desde entonces, el recinto ha languidecido entre promesas incumplidas, informes de goteras y muros deteriorados, sin condiciones dignas para albergar espectáculos deportivos ni público.

Este panorama desolador ha llevado a la administración del club a considerar una drástica decisión: solicitar oficialmente su traslado a Yumbo, Valle del Cauca, adoptando una nueva identidad. La mera posibilidad de que el Atlético Huila abandone Neiva ha generado consternación profunda entre los hinchas y ciudadanos, quienes ven en esta potencial partida la pérdida de una parte esencial de su herencia y un capítulo incierto para el arraigo deportivo en la región.