Por: Katherine Cruz

Matrimonios tradicionales en comunidad Embera terminaron con excesivo consumo de alcohol, impidiendo el acceso a funcionarios que buscaban proteger a menores. Al parecer, siete niños fueron trasladados a un centro de emergencia.

Durante el fin de semana, en cercanías al Parque Nacional donde habita la comunidad indígena Embera, se celebraron dos matrimonios tradicionales que derivaron en festividades con abundante consumo de licor. Este hecho preocupó a las autoridades, quienes intentaron acceder a la zona para garantizar la protección de los menores presentes. Sin embargo, la comunidad Embera impidió el paso a los funcionarios.

El accidente de tránsito de un motociclista que terminó sin vida, aumentó la tensión.

La resistencia de la comunidad se basó en la defensa de sus costumbres y tradiciones. Fuentes oficiales no han ofrecido declaraciones al respecto, priorizando la protección de los menores afectados. Los funcionarios pretendían evaluar la situación y determinar si los niños estaban en peligro debido al consumo excesivo de alcohol por parte de los adultos. Se buscaba prevenir posibles situaciones de riesgo para la integridad física y emocional de los menores.

El acceso negado dificultó la labor de las autoridades, quienes solo pudieron actuar tras la intervención de mediadores comunitarios. Siete menores de edad fueron trasladados a un centro de salud para una evaluación completa. Se reportó, además, la atención médica a un menor afectado por alicoramiento. La situación refleja la tensión entre la preservación de las costumbres ancestrales y la protección de la infancia.

El incidente pone de manifiesto el complejo desafío de conciliar las tradiciones culturales con las leyes de protección a menores. La falta de acceso de las autoridades dificulta la garantía de los derechos de los niños en estas comunidades. Se espera que este suceso impulse una mayor cooperación entre las autoridades y las comunidades indígenas para prevenir situaciones similares en el futuro, garantizando el bienestar de los menores sin menoscabar las costumbres ancestrales.