Por: Gustavo Puentes

Aunque la Fiscalía retiró el escrito de acusación, las dudas sobre el manejo de los recursos públicos y las responsabilidades políticas en la cuestionada obra siguen vigentes.

Santa Marta, 11 de mayo de 2025
La remodelación del Coliseo Gaira, obra que pretendía posicionar a Santa Marta como epicentro deportivo durante los XVIII Juegos Bolivarianos, terminó convertida en un símbolo de sobrecostos, fallas estructurales y decisiones administrativas bajo la lupa. El proceso penal contra el exgobernador Carlos Caicedo por estos hechos sigue abierto, pero con señales confusas.

La audiencia clave del pasado 7 de mayo no se realizó. En su lugar, el fiscal Jorge Velásquez Niño optó por retirar el escrito de acusación. Aunque la Fiscalía no ha explicado públicamente los motivos, esta decisión abre un compás de espera que podría derivar en una eventual preclusión, corrección de la acusación o, en el mejor de los casos, su fortalecimiento.

El contrato original, adjudicado a MCI Ingenieros Contratistas por 2.682 millones de pesos, terminó costando más de 4.022 millones. Las fallas en la obra, como el levantamiento del piso, se hicieron visibles en poco tiempo. Y aunque la responsabilidad directa de Caicedo aún no ha sido establecida, su rol como figura central del proyecto político Fuerza Ciudadana y su cercanía con los funcionarios involucrados no han pasado desapercibidos.

La Procuraduría ya sancionó en primera instancia a la exalcaldesa Virna Johnson, también del círculo político de Caicedo, por irregularidades en la selección del contratista. Aunque cada caso tiene su propio proceso, el patrón de decisiones cuestionables en torno a la contratación pública genera inquietud.

El retiro del escrito de acusación por parte del fiscal no cierra el caso, pero sí posterga la verdad. Para muchos, la justicia parece caminar al ritmo de la política. Mientras tanto, las obras inconclusas, los sobrecostos y la confianza ciudadana en las instituciones siguen esperando respuestas claras.