lunes, 11 agosto 2025
Por: Katherine Cruz
Ataque israelí en la entrada del hospital Al-Shifa deja cinco reporteros de Al Jazeera muertos. Israel justifica el ataque alegando vínculos con Hamas, mientras Al Jazeera y la ONU rechazan las acusaciones.
En las últimas horas, un ataque israelí en la ciudad de Gaza conmocionó al mundo. El blanco: la entrada principal del hospital Al-Shifa.
El resultado: la muerte de cinco periodistas de Al Jazeera, todos trabajando desde una carpa improvisada que usaban como sala de prensa. Este suceso se suma a la creciente preocupación internacional por la seguridad de los profesionales de prensa en zonas de conflicto.
El ataque, según testigos, se produjo de manera repentina. Los cinco periodistas, trabajando en la cobertura del conflicto en curso, se encontraban en una carpa aledaña al hospital cuando fueron alcanzados. Las víctimas fueron identificadas como Anas al-Sharif, corresponsal destacado; Mohammed Qreiqeh, reportero; y los camarógrafos Ibrahim Zaher, Moamen Aliwa y Mohammed Noufal.
Justificación
Israel ha reconocido su responsabilidad en el ataque. El ejército israelí justificó el ataque asegurando que Anas al-Sharif era un líder de Hamas, presentando supuestos documentos como prueba. Sin embargo, Al Jazeera, junto con organizaciones internacionales de defensa de la libertad de prensa y el Relator Especial de la ONU para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y expresión, han rechazado tajantemente estas afirmaciones, calificándolas de infundadas y carentes de evidencia verificable. Las denuncias por la falta de pruebas y el ataque directo contra periodistas, un colectivo claramente no combatiente, han generado fuertes críticas internacionales.
El suceso ha generado una ola de condenas internacionales, con organizaciones como la Comisión para la Protección de Periodistas (CPJ) denunciando el aumento de peligrosidad para los trabajadores de prensa en Gaza. La muerte de los cinco periodistas en un entorno claramente no combatiente, cerca de un hospital, ha reavivado el debate sobre el respeto del derecho internacional humanitario en zonas de conflicto y la protección de civiles, incluyendo a los periodistas que desempeñan un papel crucial en la información y documentación de la realidad durante los conflictos.
La falta de pruebas contundentes para justificar el ataque, sumado a la ejecución de civiles en un entorno no combatiente, podría sentar un peligroso precedente y generar más restricciones para el trabajo periodístico en zonas de conflicto. El incidente eleva considerablemente la preocupación sobre la impunidad de los ataques contra periodistas y la necesidad de una investigación exhaustiva e imparcial sobre lo sucedido.
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