martes, 19 agosto 2025
Por: Katherine Cruz
Washington intensifica su presencia militar en el Caribe con el envío de tres destructores a las costas venezolanas, en respuesta a la actividad del Cartel de los Soles. Esta acción ha generado una fuerte respuesta del gobierno de Nicolás Maduro.
El pasado lunes, Reuters informó sobre el despliegue naval estadounidense, provocando una inmediata reacción del régimen venezolano. Maduro ha prometido una respuesta contundente.
El incremento de la tensión en la región caribeña se debe al envío por parte de Estados Unidos de tres destructores de última generación: el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson. Estas embarcaciones, equipadas para la defensa aérea, marítima y en superficie, se sumarán a otros efectivos militares estadounidenses ya presentes en el área. La operación se enmarca dentro de una estrategia para combatir al Cartel de los Soles, grupo acusado de narcotráfico y terrorismo.
La Casa Blanca, a través de fuentes citadas por Reuters, justifica el despliegue como una medida necesaria para contrarrestar las actividades ilegales del Cartel de los Soles. No obstante, el régimen venezolano lo percibe como una provocación y una amenaza a su soberanía. Nicolás Maduro ha calificado a Estados Unidos de "imperio en decadencia" y ha anunciado el despliegue de 4,5 millones de milicianos para defender el territorio nacional.
El despliegue de buques de guerra estadounidenses, junto con aviones de vigilancia P-8 Poseídon y un submarino de ataque, más el anuncio de 4.000 marines adicionales en la región, ha elevado significativamente la tensión geopolítica. Las consecuencias de esta escalada podrían ser impredecibles, desde un aumento de las sanciones internacionales contra Venezuela hasta un posible conflicto armado directo, con implicaciones regionales e incluso globales. La situación exige una cautela y diplomacia extrema para evitar una confrontación mayor.
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